El colegio La Arboleda, desde su fundación, ha establecido un modelo pedagógico respetuoso de la diversidad humana, en donde se unen la excelencia académica, el bilingüismo y el desarrollo del ser. Este modelo pedagógico es flexible parte del aprendizaje activo y cooperativo, donde el conocimiento se construye con otros y dá como resultado aprendizajes significativos.
El Colegio La Arboleda promueve la formación del ser, partiendo del principio de que cada persona es valiosa, única e irrepetible. Considera que la educación además debe respetar las diferencias y fomentar las diversas expresiones del ser humano en todas sus dimensiones, de manera grupal e individual. El colegio valora la formación en comunidad y su crecimiento a través de la participación. También, concibe el aprendizaje como un proceso dinámico en el que el estudiante es protagonista y el profesor se constituye como guía, consejero y acompañante.
El origen
La Corporación Educativa La Arboleda fue creada por directoras de Jardines Infantiles de la ciudad de Cali: Alba Ramírez de Cárdenas, del Jardín Carolina; Antonella Fois de Reyes, de la Escuela Maternal Párvulos; Gloria Isabel Botero de Carvajal, de los Jardines Bam Bam; y Olga Cecilia Congote, de Garcerant del Jardín Michín; ellas abren las puertas del Colegio el 27 de agosto de ese año a 47 estudiantes de Kínder, transición y primero.
Soñar en grande
En aquella época el colegio ocupaba una casa campestre, ubicada entre el Callejón Silvia y el Callejón de las Chuchas y su población de estudiantes ocupaba escasos cinco salones. Era un sitio encantador con unas piedras monumentales, un riachuelo y un inmenso árbol de caucho. Había un retazo de bosque representado por unos árboles de bambú y varios árboles frutales. De repente veíamos pasar las ardillas y las iguanas que alegremente corrían de árbol en árbol. En el año 1999 las dueñas del colegio decidieron que este sueño, llamado La Arboleda, debía crecer y asegurar su permanencia, para ello adquirieron un terreno de 27000 m2, en un recodo de la Avenida La María, en el sector de Pance.
Sembrando un sueño.
Hasta que llegó la hora de estrenar la nueva sede. La euforia era generalizada. El verde de todos los colores, con el que Aurelio Arturo trazara una imagen poética de Colombia, estaba aquí. Esa diversidad y ese respeto por la diferencia, que hace parten de nuestros principios formativos, se dibujaban en los bosques circundantes y comenzó el ritual de sembrar árboles con motivos diversos: por el día de la familia, en memoria de quienes han sido parte de la comunidad, en eventos especiales y en cada aniversario de La Arboleda. Las iguanas, las guacharacas, los pellares y aves endémicas, de pisos cálidos y templados, se convirtieron en nuestros vecinos cotidianos.
Los primeros soñadores.
Se gradúa la primera promoción del Colegio.
Conquistando sueños.
Redcol llega a Cali para impulsar el Colegio con su experiencia en la educación; una empresa especializada en ofrecer alternativas educativas de calidad en diferentes ciudades del país, bajo la premisa de crear un mundo mejor a través de mejores colegios.
Los sueños continúan.
Creación de la plataformas: Human Centered.
Al mirar una arboleda vemos un conjunto armónico, que enraizado en la tierra, crece hacia el cielo; al detallarla observamos que está integrada por árboles diferentes: grandes, pequeños, delgados, gruesos, llamativos, discretos, floridos, verdes, cada uno cumpliendo una función, cada uno formando parte del todo, en una unidad armoniosa y complementaria.El colegio La Arboleda, visto desde afuera, es ese conjunto integrado, armónico y al mirarlo de cerca, se encuentra que cada uno de sus miembros conserva su individualidad, se desarrolla según su devenir, teniendo oportunidad de ser diferente, usando su propio tiempo y espacio para crecer, aprovechando las diferencias para beneficio de todos a través de una convivencia coparticipativa, cumpliendo una función dentro del grupo y del colegio.