La historia de Francesca
Caerse y levantarse de duros golpes físicos, una y otra vez, con apenas ocho años de edad puede ser muestra de valentía o de terquedad, o de ambas. Así es la vida de la pequeña Francesca Morera Pedretti, una bicicrocista, quien a su corta edad ya acumula tres campeonatos departamentales de BMX.
La primera impresión que da esta estudiante de segundo grado de primaria del Colegio La Arboleda de Cali, es la de una niña delicada de cabello rizado y grandes ojos color miel que prometen travesuras. Sin embargo, al escucharla hablar de su carrera deportiva lo primero que se asoma en su rostro son dos incisivos blanquísimos que dan fe de lo feliz que se siente con el bicicross.
Fran, como le llaman sus amigos, luce feliz al contar los logros alcanzados en los cuatro años de carrera deportiva y de su estilo libre, conocido como Dirt Jump. Habla también, de las 15 horas semanales de entrenamiento, las tareas del colegio y la disciplina que hoy profesa para lograr, al mismo tiempo, ser campeona de bicicross y buena estudiante. “Cuando salgo del colegio hago tareas mientras voy en la ruta, o mientras espero que comience el entreno. Cuando tengo muchas, las hago después de entrenar. Es muy duro, pero papá y mamá me ayudan y me dan ánimo para que no me rinda”.
Y es que, a los ocho años de edad, mantener una disciplina como la de Francesca dice mucho de su carácter. Es una niña fuerte. Exhibe con orgullo las cicatrices que el BMX le ha dejado: una en la frente, y varias en los brazos y en las piernas. Cuenta que, una vez la llanta delantera de la bicicleta de otro competidor aterrizó sobre su cara. Lloró mucho, se sintió derrotada, pero se levantó, se limpió las lágrimas y montó nuevamente su bici hasta terminar la carrera. Así es Fran, superior.
Y cómo no hablar de su primera bicicleta. Francesca la recuerda como un tesoro, pequeña, liviana, de madera y sin pedales. Dice que un primo suyo se la prestó cuando tenía tres años y desde ahí no se volvió a separar de ella. Lo que Fran no sabe o no recuerda, es que su comienzo en el bicicross fue gracias a su hermano mayor, porque él también practicaba este deporte y Fran quiso sorprenderlo, y lo consiguió, sorprendió a todos, con un salto básico que en esta disciplina se conoce como Bunny hop. De inmediato sus padres no dudaron en inscribirla en la escuela de bicicross del Valle.
Hoy tiene dos bicicletas una GW y una DK, en ellas practica y compite. Fran siente que sus bicicletas han sido testigos mudos de las múltiples caídas que ha sufrido. Sin embargo, el apoyo de su entrenador y de sus padres han sido definitivos para llegar al puesto número uno del torneo vallecaucano de BMX en la categoría de 8 años. Francesca se prepara desde ya para un reto mayor: la carrera nacional “Copa Mariana Pajón”. Esta última deportista resulta ser su ídolo, quiere seguir sus pasos, y ser una campeona mundial. Habla de su admiración por Nicol Foronda y Leonardo Arango, también bicicrocistas.
Finalmente, no todo es pedal en la vida de Fran. Ama a los animales, y dice que cuando sea grande quiere ser veterinaria, sus tres mascotas, que considera como “hijos”: Jack, Molly y Hermione (un perro, un pez y un pollito), ratifican su amor por los animales.